Sobre los orcos

Origen

Aprovechando la Glaciación, la mayoría de individuos emigraron de los continentes del sur hacia el norte usando las recién formadas rutas glaciares. Otros en cambio permanecieron en su lugar de origen. Fue el caso de los Orcos. Sobrevivieron al cambio climático, cuando el verde pasto dio paso al marrón desértico y el agua de ríos caudalosos se escondió bajo las piedras. Se asentaron en el continente del sur y del desierto hicieron su hogar.

 

Economía y Cultura

Los Orcos basaban su economía en el reciclaje masivo de desechos y materiales de utilidad. Muchas comunidades pagaban ingentes sumas para hacer desaparecer periódicamente toneladas de todo aquello que les sobraba. Si algo hay en los desiertos del sur aparte de arena y polvo, es espacio. Todo el sobrante era procesado y reciclado como material para la construcción y refinamiento de combustibles. 

Gracias al continuo suministro de materiales desechables, no perdieron la oportunidad de hacer honor a su fama de especie beligerante, emprendiendo una potente carrera armamentística. Las factorías de armas así como los campos de entrenamiento para mercenarios se multiplicaron. Con el tiempo, cualquier personaje mínimamente poderoso podía contar con una guardia personal de veteranos Orcos de forma habitual. Gobiernos y empresas tampoco eran ajenas a los servicios de fuerzas especiales Orcas.

 

Rasgos físicos

Talla grande y complexión fuerte.

 

Gobierno

Desde tiempos inmemoriales, ha evolucionado muy poco el gobierno de los Orcos. A pesar de ello, los pocos cambios que se han sucedido han sido significativos. Bajo el ancestral régimen tribal, consiguieron establecerse en multitud de comunidades a lo largo de las tierras del sur. Al inicio, la única vía de comunicación entre ellas era la violencia, pero con el tiempo y sin dejarla nunca de lado, entendieron que podían hacer algo más que masacrarse entre ellos. De esta forma surgió la conciencia de pueblo y la búsqueda del bien común entre comunidades.

 

Cultos

Los Orcos creen que en el fin de los tiempos las máquinas tomarán el control del planeta y subyugarán a todas las especies vivientes. Para evitar correr la misma suerte que los demás, los orcos hacen ofrendas al Dios Makina mediante complejos rituales donde se representa y ejecuta la fusión de la carne y el metal, el alma con la máquina, todo para que en el final de los días, el Dios Makina los reconozca entre los suyos y les ofrezca la salvación.