En la región de las montañas de Karak Kat reside el clan Enano Bram de Brau que lidera con tenacidad a los enanos y humanos de la zona. Ambas razas coexisten gracias a una férrea disciplina e interés común frente a la agresividad del clima. Los humanos de esta región son muy parecidos a los enanos, son tozudos, ariscos, tacaños y rencorosos, pero antiguos pactos de los enanos con Gunnar mantienen su relación comercial y cooperación militar. También los enanos se han beneficiado de los humanos del norte, aprendiendo el arte de navegar y contagiándose de su ardor guerrero. Aunque los enanos no la practican si disfrutan habitualmente de las ventajas de la magia, muy arraigada entre los pueblos norteños

En esta facción se encuentran los pobladores de las montañas, enanos, vikingos y norteños junto a druidas y chamanes devotos de los dioses ancestrales. Cohabitan desde hace eones en sus tierras agrestes hechas de piedra y hielo.

El Clan tiene interés en establecer nuevas relaciones comerciales en el extranjero ya sea extendiendo su influencia más allá del campamento con sucursales o abriendo sus puertas a todos los interesados en los negocios siempre y cuando traigan la bolsa llena. Este creciente interés es debido a que los lazos con los seguidores de King Gunnar se han ido desvaneciendo desde la muerte de éste. Dando como resultado la paulatina escasez de mercancías provenientes del sur y de su oro para comprar buen acero de los enanos. Los Drakkars llegan cada vez más vacíos aunque navegan más lejos que nunca. Oráculos y videntes coinciden en el que el mundo se agita y los cielos traen malos presagios. Hombres y humanos están a un chispazo de emprender la inexorable marcha al sur.

Y así surgió una llama. Tras la muerte del anterior señor, el nuevo Señor del Clan Bram de Brau de Karak Kat, se dispone a cumplir como es tradición, el último deseo que el muerto dejara pendiente en vida. Y éste no era otro que explorar una antigua mina en una tierra maldita a la que unos antepasados viajaron y no regresaron. El nuevo Señor pensó que era una excusa tan buena como otra para por fin salvar la desmesurada prudencia de su antecesor y explorar esas legendarias tierras. Según los mapas e informes acumulados desde años en Karak Kat, allí abundan valiosos recursos y señalan la ubicación de reliquias escondidas por enanos y por los hijos de los dioses nórdicos, los cuáles se aventuraron en esos lares hostiles y combatieron hasta el fin de los días.